Hace 4 años que escuché por primera vez éstas palabras “ves esa burbujita?, pues Señor ese es tu bebé”, mi amada ginecóloga no nooo se dirigió a mí sino a mi esposo… créanme que en ese momento es lo que menos que me importó la sensación que sentí en ese instante fue realmente indescriptible por mi mente pasaron un millón de imágenes que hasta esa fecha eran meros sueños y si agregamos que tenía a mi marido a punto de moco, todos absolutamente todos mis sentidos cayeron de picada, la verdad de la milanesa es que no nos esperábamos tal noticia veníamos de unos años duros en que nos decían que lo más probable es que no pudiera concebir de manera natural y justo íbamos a empezar con los análisis para iniciar con el tratamiento.
Regresando a las imágenes todas ellas eran hermosas, me veía con mi barriga linda como las que vez en las series, películas, revistas de esas estrellas que se ven radiantes incluso hasta sexys, cómo podía saber que todo era una vil estafa y que meses después me vería como pez globo, con un humor que ni yo misma me aguantaba podía pasar de las lágrimas nivel tristeza de “Intensamente” a la euforia total, a medida que mi panza crecía también aumentaban literalmente todas las partes de mi cuerpo (subí 23 kilos), me costaba dormir (intenté TODAS las posiciones posibles), la sandía que me había crecido me picaba tanto como si a la par tuviera varicela y para añadir más drama a mi vida mi embarazo fue de alto riesgo por lo que ir a emergencia era prácticamente rutinario así que se puede decir que toda la plana médica de ese entonces conocía mi papayita, siendo la mujer más pudorosa del mundo (desde mi primer ginecólogo, todas fueron mujeres) comprenderán que los primeros meses la vergüenza era tal que me ponía roja como un tomate, trataba y rogaba que la que me revisara fuera mi ginecóloga de cabecera pero las emergencias son emergencias así que tenía que aguantarme el roche, dejar caer mi calzón, exhibir y dejar tocar mi flor como si fuera un artículo en venta de un mercado de pulgas, los meses finales ya era una experta total misma “candy”, hay hay los meses finales fueron terribles las visitas médicas en que controlaban para que mi bendición no saliera antes de lo esperado pasaron a rogar que la bola tamaño pelota de tenis que se me había formado por el famoso estreñimiento lograra parir por el lugar correcto y me aplicaran el tan ansiado “enema”, les puedo jurar que aquellos episodios fueron los más ridículamente vergonzosos de mi vida si creen en el chucaque (dolor de cabeza) pues a mi me dio todas juntas, que creo firmemente que ya purgué todos mis pecados y los de mi familia por adelantado.
La segunda vez que escuché a mi acertada ginecóloga que estaba en bolero fue realmente para reconfirmarlo, habíamos pasado un fin de semana largo recontra angustiante ya que me hice un par de positivos test de embarazo, la verdad yo estaba aterrada digo las imágenes que aparecieron en mi cabeza eran totalmente lo opuesto a la primera vez aunque según yo ya tenía “la experiencia” necesaria para poder llevar 9 meses de feliz y exitosísimo embarazo jaja TOMAAAA ILUSAAA!! ni bien escuché la buena-nueva empezaron los huaicos nivel fenómeno del niño, respiraba aire con harto monóxido de carbono y zas se me venía, respiraba aire puro y zas otra vez, daba un paso y fuacate otra y otra vez, tanto tanto era mi devoción que vivía TODO el día rezando a San Water que terminé en el hospital internada 2 semanas sin comer absolutamente nada y sobreviviendo gracias al suero, harta vitamina y otros mejunges que me colocaban en la vía, hipermesis gravídica nos dijo la doctora, en el trabajo era mi tortura literalmente he estado a un minuto de vomitarle a un par de proveedores y alguna vez de regreso a casa para no premiar a mi compañero de asiento tuve que abrir mi cartera y usarlo de inodoro tal cuál, la cara de él era de ripley, pobre creo que nunca se olvidará de ese día; cuando empezaba a calmarse mis jugos gástricos casi para llegar al séptimo mes empezaron las benditas contracciones así que de nuevo idas y venidas a la clínica, además que mi panza esta vez parecía que llevaba una camada de 8 cachorros, era tan enorme que fácil en vez de tomar taxi llamaba a la grúa para que me movieran, la barriga me pesaba tanto que levantarme de algún lugar me tomaba 10 minutos, además que la nueva táctica era sentarme en el baño horas completas porque mi vejiga estaba hiperaplastada que me obligaba a miccionar cada 2 minutos, mi caminada de “modelo” pasó a la de un pingüino en cámara lenta, además que tuve que soportar las miraditas de la gente con su cara de asombro, pena y alguno que otro comentario “¿señora son gemelos?”
Qué les puedo decir? soy muy suertuda tuve unos embarazos sorprendentemente “Divertidos”, pero también les puedo decir que soy muy afortunada ambos nacieron perfectos, saludables y aunque la maternidad tampoco es fácil, si me preguntas HOY si recomiendo embarazarte sería brutalmente sincera pero también te diría que CADA MINUTO VALE LA PENA, que sentir en tu vientre cada patadita y mirar tu barriga cómo se mueve por ahí un piecito o una manito, o despertar con la barriga plana de un lado y el otro completamente hinchado, escuchar el latido de sus corazoncito y verlo dentro de tu viente en las ecografías son los momentos más maravillosos y en la que realmente sentirás dentro de ti el milagro de la vida algo que jamás se podrá explicar con palabras y que nosotras las mujeres tenemos el privilegio de ser “LAS DONCELLAS AL COMPÁS DEL BOLERO”
Malel,
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